El quinto trabajo de Hércules fue acabar con una terribles aves que vivían cerca del lago Estínfalo.
Estás poseían un pico, garras y plumas de bronce y suponían una auténtica plaga, pues devoraban a los hombres y mujeres de la región y arruinaban los cultivos con sus excrementos.
Para derrotarlas, Heracles recibió la ayuda de la diosa Atenea, que le entregó unos címbalos o unas castañuelas según las diferentes versiones. Con ellas Heracles asustó a las aves y cuando estas emprendieron el vuelo, las fue abatiendo una a una con sus flechas. Las pocas que sobrevivieron huyeron de Grecia y no regresaron jamás.
Bibliografía:
-AA.VV., Cultura Clásica, Edebé, Barcelona, 2004.
-AA.VV., Mitología clásica e iconografía cristiana, Madrid, Editorial Ramón Areces, 2010.
-HOPE MONCRIEFF, A.R., Mitología Clásica, Madrid, Edimat Libros, 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario