En uno de sus viajes, Dionisio se encontró con unos navegantes y decidió pedirles ayuda para llegar a la isla de Naxos. Sin embargo, los marineros eran en realidad piratas tirrenos que inmediatamente quedaron sorprendidos por el aspecto del joven.
Su timonel, llamado Acetes, trató de advertirles de que no podía tratarse de un simple mortal pero los piratas, pensando en la riqueza que podían lograr si le vendían como esclavo en Asia o pedían por él un rescate, lo ignoraron. Subieron a Dionisio al barco y trataron de inmovilizarle con cuerdas, pero él siempre conseguía liberarse.
Dionisio en un barco, Exequias, mediados del s. VI a.C |
Dionisio adoptó entonces la forma de un terrible león y los piratas, aterrados, se lanzaron al mar, donde fueron convertidos en delfines. Únicamente el timonel se salvó. El dios le reveló su verdadera identidad y consiguió que se uniera a su cortejo.
Según una variante de la historia Dionisio, tras subir al barco, pidió a los piratas que cantasen para él. Estos comenzaron también a bailar hasta que, extasiados, acabaron cayendo al mar. Dionisio los convirtió en delfines y colocó la imagen de uno de ellos en el cielo, creando la constelación Delfín.
Fuente:
-HARD, R., El gran libro de la mitología griega, Madrid, La Esfera de los Libros, 2008.
Fuente:
-HARD, R., El gran libro de la mitología griega, Madrid, La Esfera de los Libros, 2008.
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