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lunes, 4 de mayo de 2015

Tetis y Peleo

Tetis y Peleo. Cerámica griega

 Tetis y Peleo
      Zeus estaba enamorado de la ninfa Tetis, una de las hijas del dios marino Nereo. El dios Proteo le advirtió que de su unión con Tetis nacería un hijo que le destronaría. Zeus, que no estaba dispuesto a perder el gobierno del Olimpo, acordó el matrimonio de Tetis con el héroe griego Peleo. Sin embargo la ninfa le rechazó ya que consideraba humillante  casarse con un mortal.
      Zeus descendió a la tierra para buscar a Peleo y le reveló el lugar donde la diosa solía retirarse a descansar, una cueva cerca de la playa Hermonia. Peleo acudió allí y la encontró dormida. Se acercó a ella e intentó forzarla pero Tetis , que tenía la capacidad de adoptar la forma que desease, logró escapar.
Tetis y Peleo. Cerámica griega
      Primero se transformó en un ave y Peleo la persiguió hasta que logró darle caza. Después se convirtió en un árbol pero el héroe se aferró a él con fuerza. Por último Tetis se convirtió en un tigre y consiguió poner en fuga a Peleo, que la soltó y huyó despavorido.
      Peleo acudió a pedir consejo a Proteo y el dios le dijo que si quería tenerla como esposa debía enfrentarse a las mil figuras que la diosa podía adoptar, por muy aterradoras que fuesen.
      El héroe se presentó de nuevo ante Tetis y ella volvió a transformase. En esta ocasión, Peleo continuó persiguiéndola a pesar de sus transformaciones. Fue entonces cuando la ninfa se dio cuenta de que el héroe contaba con la ayuda de los dioses y no le quedó más remedio que rendirse.
Eris, diosa de la Discoridia y el Caos
     
      Tetis y Peleo se casaron y a su boda acudieron todos los dioses excepto Eris, la diosa de la discordia, que no había sido invitada para que no causase ningún mal a la pareja. Cuando se enteró de que la habían dejado de lado Eris se presentó enfurecida en medio del banquete. Como venganza, arrojó sobre la mesa una manzana de oro que tenía grabada la siguiente inscripción: "Para la más bella"
      Hera, las esposa de Zeus, su hija Atenea y Afrodita, la diosa del amor comenzaron a discutir entre ellas, ya que ninguna estaba dispuesta a renunciar al título de diosa más bella del Olimpo.
      
      Zeus, incapaz de decidir entre ninguna, estableció que fuese el príncipe troyano Paris, el mortal más bello de la tierra, quien actuase como juez.

Fuentes:
- AA.VV., Cultura clásica, Barcelona, Edebé, 2003.
-MADRID, M., PINGARRÓN, E., Cultura Clásica, Almadraba Editorial, 2007.
















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