La joven Perséfore vivía junto al lago Pergusa en Sicilia, en compañía de las ninfas. Este era un lugar de una belleza sin igual, rodeado de bosques donde parecía que la primavera era siempre eterna. Sin embargo su felicidad no iba a durar mucho tiempo pues Cupido había herido con una de sus flechas de amor a Hades, dios del reino de los muertos.
El rapto de Proserpina. Bernini, 1621-22 |
Deméter llegó al lugar atraída por los gritos de su hija, pero era demasiado tarde. Tras abrir una brecha en la tierra con su tridente, Hades había desaparecido de nuevo en lo más profundo de su reino.
Deméter quedó desolada por la pérdida de su hija y, durante nueve días y nueve noches, recorrió sin descanso toda la superficie de la tierra y el mar para buscarla. Al no encontrarla rompió a llorar, se arrancó la ropa y los cabellos y en su desesperación maldijo la tierra que hasta ese momento había estado a su cuidado, condenándola a la esterilidad. El hielo se extendió por el mundo, las plantas se marchitaron y murieron y los hombres y animales comenzaron a morir de hambre.
Perséfore. Rosseti, 1874. |
Deméter ascendió al Olimpo para pedir a Zeus que hiciese todo lo posible por devolverle a su hija. Llorando le suplicó: "¡Si las lágrimas de una madre no te conmueven sé consciente del orgullo de un padre! Ella es tu hija tanto como mía, condenada a un destino eterno, y tu honor además de mi dolor reclama venganza contra el ladrón de nuestra hija".
Zeus envió entonces a Hermes para traer de vuelta a Perséfore, pero Hades ya había ideado una estratagema para que no pudieran arrebatarle a su esposa. Había ofrecido a Perséfore una granada que ella comió, sin saber que todo aquel que probase un alimento del inframundo quedaría para siempre ligado a él.
Zeus, que no quería enemistarse ni con Deméter ni con Hades estableció lo siguiente: a partir de ese momento, Perséfore pasaría seis meses del año con su madre en la tierra, y los otros seis con su esposo en el inframundo. Ambos aceptaron el acuerdo y Deméter volvió a su encargo de cuidar la tierra. El hielo se retiró, los árboles y arbustos volvieron a brotar y florecieron, las montañas, que habían quedado desnudas, se cubrieron con hojas y los campos volvieron a dar alimento. Todos en la tierra celebraron el regreso del verano.
De este modo, año tras año, cuando Deméter debe entregar a su hija a Hades, la tierra vuelve a marchitarse. Tras seis meses, la tierra se cubre de nuevo de vegetación, reflejando la alegría de Deméter por el regreso de su hija.
El rapto de Proserpina. Fuente: AA.VV., Cultura Clásica, Barcelona, Edebé, 2004. |
Fuentes:
-AA.VV., Cultura Clásica, Barcelona, Edebé, 2004.
-HOPE MONCRIEFF, A.R., Mitología Clásica, Madrid, Edimat Libros, 2012.
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