La fragua de Vulcano, D. Velázquez, 1630 |
Tradicionalmente es considerado hijo de Zeus y Hera y pertenece a la segunda generación de dioses olímpicos. Es el dios del fuego, las fraguas y los metales, así como de los herreros, escultores y artesanos. Hefesto es descrito como un hombre feo, de aspecto tosco y desaliñado. Lleva el pecho descubierto y sufre de cojera en una de sus piernas. Sus atributos son el yunque, el martillo y las tenazas.
Sobre su nacimiento existen dos versiones diferentes. Una de ellas afirma que Hera lo engendró sola, como respuesta al nacimiento de Atenea de la cabeza de su esposo Zeus. Pero la diosa se sintió avergonzada de la fealdad de su hijo, así como de la malformación que éste presentaba en una de sus piernas. Esto la llevó a deshacerse de él, arrojándolo desde lo alto de Olimpo. Hefesto cayó al Océano y fue recogido por la oceánide Eurínome y la ninfa Tetis, que lo acogieron y criaron en su gruta submarina durante nueve años. Como agradecimiento por sus cuidados, Hefesto fabricó para ellas hermosas joyas.
Cuando Hefesto alcanzó la edad adulta ideó un modo de vengarse de su madre: creó un bello trono de oro y lo envió como regalo al Olimpo. Cuando Hera se sentó sobre él quedó atrapada y ya no pudo volver a levantarse. Los dioses rogaron a Hefesto que la liberase, pero este se negó a hacerlo hasta que le permitiesen regresar al Olimpo. Finalmente Dionisio logró emborracharle y persuadirle para que la soltase.
La otra versión, recogida por Homero, narra como Hefesto nació de la unión de Zeus y Hera. Pero cuando Zeus se enteró de que su mujer había conspirado para derrocarle se produjo una fuerte discusión entre ambos. Hefesto intervino a favor de su madre y esto enfureció al rey de los dioses, que lo agarró por un pie y lo arrojó con violencia del Olimpo. Hefesto cayó en la isla de Lemnos y la fuerza del golpe le causó una grave lesión en la pierna que le llevó a sufrir una cogera de por vida.
Vulcano forjando los rayos de Zeus, Rubens 1636-38 |
Según la versión más antigua del mito, el taller de Hefesto se encontraba en una casa de bronce en el Olimpo. Allí trabajaba en compañía de unos autómatas que él mismo había creado. Pero a partir de la época clásica sus ayudantes pasaron a ser Cíclopes y su fragua se situó en Lemnos o en lugares volcánicos como el monte Etna, en Sicilia o las islas Eolias del norte. Su presencia en estos lugares era el modo de explicar las emanaciones de llamas y humo que surgían de ellos.
Hefesto ejerció una importante labor como arquitecto, siendo el encargado de construir los hogares de los dioses en el Olimpo. Fue el autor de los magníficos pórticos de piedra pulida del palacio de Zeus, del templo de bronce para Apolo en Delfos y de las puertas de la habitación de Hera, que no podían ser abiertas por ningún otro dios.
También creó diversos objetos mágicos como el autómata Talo, que vigilaba las costas de Creta, o el perro de oro que custodiaba el santuario de Zeus en la isla. Otra de sus obras más famosas fue la copa dorada y alada que fabricó para el dios Helios y que este utilizaba para viajar a través de las corrientes del Océano desde el lugar de su ocaso al de su salida.
De su taller salieron las armas y armaduras de los dioses Olimpicos, como el rayo de Zeus, el tridente de Poseidón, las flechas de Artemisia, el cinturón de Afrodita y el carro de Helios. También creó joyas como la gargantilla de Harmonía y la corona de Ariadna, y armas como el escudo de Hércules, el cetro de Agamenón, la armadura de Aquiles y la espada de Peleo.
A Hefesto se le atribuye la creación de Pandora, la primera mujer, a la que moldeó a partir de arcilla húmeda. También participó en el nacimiento de Atenea, abriendo la cabeza de Zeus con su hacha para que esta pudiera salir. Además fue el encargado de fabricar las cadenas que aprisionaron al titán Prometeo en lo alto del monte Cáucaso.
Marte y Venus sorprendidos por Vulcano, A. Guillemot, 1827 |
Otros mitos consideran que su esposa fue Aglaya, la más joven de las Gracias o Caris, la Gracia personificada. Otra leyenda cuenta como Hefesto se enamoró de Atenea, quien lo rechazó. De su deseo hacia la diosa surgió el héroe ateniense Erictonio.
Hefesto tuvo varios hijos, algunos de los cuales heredaron sus deformidades, mientras que otros destacaron por su habilidad como artesanos. Con Etna engendró a los Palicos, los daimones ctónicos de los géiseres y los manantiales de aguas termales de la región de Palacia en Sicilia. Con la ninfa Cabiro dio a luz a los Cabiros, los daimones que vivían en la isla de Samotracia junto a sus hermanas, las ninfas Cabírides. Entre sus hijos mortales se encuentran Perifetes, el argonauta Paleón y también Árdalos, un legendario músico y constructor de Trecén.
Hefesto es un dios de origen extranjero, posiblemente asiático. Su origen se desconoce, aunque se cree que pudo surgir como un dios del fuego entre los pueblos nativos de Licia. Más tarde su culto se extendió por la península Anatolia. No fue un dios muy venerado en la Grecia continental, salvo en la ciudad de Atenas, pero sí alcanzó una gran importancia en Asia Menor y las islas adyacentes. Su principal centro de culto fue Lemnos y también tuvo mucha importancia en las colonias griegas de las regiones volcánicas de Italia y Sicilia, principalmente en las islas Eolias, la propia Sicilia y el sur de la Campania
En época romana Hefesto fue identificado con Vulcano, el dios del fuego destructor.
Fuentes:
-AA.VV., Mitología clásica e iconografía cristiana, Madrid, Editorial Ramón Areces, 2010.
-HARD, R., El gran libro de la Mitología Griega, Madrid, La esfera de los libros, 2008.
-HOPE MONCRIEFF, A.R., Mitología clásica, Madrid, Edimat Libros, 2012.
-HARD, R., El gran libro de la Mitología Griega, Madrid, La esfera de los libros, 2008.
-HOPE MONCRIEFF, A.R., Mitología clásica, Madrid, Edimat Libros, 2012.
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