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domingo, 31 de mayo de 2015

Týr

     Es el dios de los pactos y la guerra justificada, es decir, aquella que se lleva a cabo como respuesta a una afrenta.
       Como garante de los pactos, Týr pierde una parte de sí mismo cada vez que uno se rompe, como resultado de una acción contraria a su esencia.

     Týr también es conocido como el Hombre de una Sola Mano ya que perdió  una de ellas tras dejarla como garantía de un pacto. Esta historia, recogida en Gylfaginning, la primera sección del libro Edda menor, explica como Týr era el único de entre todos los Aesir que se atrevía a alimentar al lobo Fenrir. Cuando los dioses conocieron por una profecía que ese lobo sería la causa de su propia destrucción, pues engulliría a Odín en el Ragnarok, trataron de encadenarlo. Sin embargo Fenrir siempre encontraba el modo de escapar. 
       Los Aesir decidieron pedir ayuda a los enanos y estos les entregaron una resistente cadena mágica,  que mantendría al lobo encadenado hasta el Ragnarök. 
       Para convencer a Fenrir de que se dejase atar, los dioses fingieron que se trataba de un juego. Fenrir no cayó en el   engaño y pidió que alguno de los dioses colocase la mano en su boca como garantía. Týr ofreció la suya.
      Cuando el lobo vio que estaba atrapado comenzó a retorcerse bajo las cadenas pero no consiguió romperlas. Los Aesir se burlaron de él y Fenrir, enfurecido y sintiéndose traicionado, cerró sus fauces y arrancó la mano de Týr.


Fuente:
AA.VV., Historia de las religiones de la Europa Antigua, Madrid, Cátedra, 1994.

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