La demanda del pavo real, Walter Crane, C. 1920 |
Hera se caracteriza por su carácter arrogante y su deseo de venganza hacia las amantes de su marido. Generalmente es representada como una mujer de edad madura, gran belleza, expresión severa y porte majestuoso. Lleva su cuerpo completamente cubierno, al modo de una matrona, y su cabeza está coronada por una diadema o guirnalda. Sus atributos son el cetro, el cuclillo y la granada y sus animales consagrados son el león, la vaca y especialmente el pavo real, que suele tirar de su carro.
Retrato de Anna Pitt como Hebe, E. Vigée-Lebrum, 1792 |
Hera se casó con su hermano Zeus, quien la sedujo adoptando la forma de un cuclillo y uniéndose a ella cuando la diosa lo colocó sobre su regazo para protegerlo de la lluvia. De este matrimonio nacieron tres hijos, el dios Olímpico Ares y las diosas menores Hebe e Ilitía. Posteriormente, Hera engendró al dios Hefesto, por sí sola según algunos mitos mientras que otros lo consideran también hijo de Zeus.
Entre sus historias de venganza destaca la que ejerció contra una joven mortal llamada Ío. Cuando Zeus se enamoró de ella la convirtió en una ternera blanca para protegerla de la ira de su esposa. Pero Hera la descubrió y la puso bajo la custodia de su sirviente más fiel, Argos, el gigante de los cien ojos. Zeus envió a Hermes para liberarla y este se sirvió de la música de su flauta para dormir al gigante, decapitarlo y rescatar a Ío. Hera, entristecida al enterarse de la muerte de su sirviente, colocó uno de sus ojos en cada una de las plumas del pavo real, que a partir de entonces se convirtió en su animal predilecto.
Mercurio y Argos, D. Velázquez, C. 1659 |
Hera fue una diosa muy venerada principalmente en el Peloponeso, las islas del mar Egeo y las colonias de la Magna Grecia. Sus principales centros de culto fueron Argos, considerada tradicionalmente su hogar, Samos, Micenas, Olimpia y Esparta, donde fue adorada como la luna y convertida en la protectora de la ciudad. En su honor, se ofrecían en sacrificio vacas blancas.
Hera es conocida con diversos títulos como Teleia y Gamelia "la que preside el matrimonio", Ztgia "la que une en matrimonio" y Gamostoles "la que prepara la boda". En relación con la condición de virginidad de las novias también era venerada con los títulos de Parthenos "la doncella" o Nimphe "la novia". Homero hace referencia a ella como "la de los ojos de vaca" y también era conocida como Hera Argiva, a causa de su relación con la Argólide.
En la ciudad arcadia de Estínfalo era venerada en tres templos bajo tres títulos diferentes, Pais "muchacha", Teleia "esposa" y Chere "viuda". Según la leyenda, estas construcciones fueron realizadas por Témeno, hijo de Pelasgo, el hombre que la había criado. De este modo, levantó el primer templo cuando la diosa alcanzó la juventud, el segundo como motivo de su matrimonio con Zeus y el tercero cuando la diosa regresó a Estínfalo a causa de una discusión con su marido.
En época romana pasó a ser conocida como Juno y se acentuó más su carácter maternal, como diosa protectora de la familia, que su carácter de vengadora del amor ilícito.
Zeus y Hera, detalle de La presentación del retrato de María de Medici, c. 1622-25, P.P. Rubens |
-AA.VV., Mitología clásica e iconografía cristiana, Madrid, Editorial Ramón Areces, 2010.
-HARD, R., El gran libro de la Mitología Griega, Madrid, La esfera de los libros, 2008.
-HOPE MONCRIEFF, A.R., Mitología clásica, Madrid, Edimat Libros, 2012.
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