pop ads

lunes, 21 de noviembre de 2016

Zeus-Júpiter

Zeus

       Zeus es el hijo menor de los titanes Cronos y Rea y la divinidad más poderosa del Panteón griego. Su nombre significa "brillante", título que hace referencia a su posición como dios del cielo, así como a su vinculación con los fenómenos atmosféricos, especialmente con la lluvia, los rayos y los truenos.

       Zeus dirige el universo y las relaciones entre los dioses y los hombres. Es el protector de la casa y la familia y el guardián del orden social y el derecho. Generalmente es representado como un hombre de mediana edad, cuerpo vigoroso y porte regio. Viste un manto que le cubre la mitad inferior del cuerpo y en su mano porta un cetro, el símbolo de su poder. También puede llevar la égida, la piel de la cabra Amaltea, que le sirve como coraza o como escudo. Aparece frecuentemente acompañado de un águila, su animal predilecto, y también se le asocia con el roble, un árbol muy común en la antigua Grecia sobre el cual se decía que caían con frecuencia los rayos. 

       Zeus es conocido con diversos sobrenombres como Ombrios e Hyettios "dador de lluvia", Ourios "el que envía vientos favorables", Astrapeos "el que envía el relámpago", Broton "el que provoca el trueno", Epikarpios "el productor de frutas", Georgos "agricultor", o Aigiochos "el portador de la égida", que es su título más común.

Nacimiento de Zeus 
Saturno devorando a sus hijos
Detalle de Saturno devorando a su hijo, F. Goya, 1819-23
      Zeus fue el único de los hijos de Cronos que se salvó de ser devorado por su padre. La titán Rea, cansada de ver como su marido devoraba a sus hijos por miedo a que algún día llegasen a destronarle, huyó a la ciudad de Licto. Allí dio a luz a Zeus y lo dejó al cuidado de Gea, la diosa tierra. Ésta ocultó al niño en el interior de sí misma, en una cueva situada en el monte Egeo según la Teogonía, o en el monte Ida, en Creta, según una versión posterior.
      Zeus fue criado por las ninfas y alimentado con la leche de la cabra Amaltea. Al llegar a la edad adulta logró liberar a sus hermanos y disputó el poder a su padre, iniciando la Titanomaquia. En ella Zeus y los dioses olímpicos, ayudados por los Cíclopes y los Hecatónquiros, lograron derrotar a los titanes, liderados por Cronos. Tras la batalla, Zeus se convirtió en el rey de los dioses y repartió el dominio del mundo entre él y sus hermanos. De este modo Zeus obtuvo el poder sobre los cielos, Poseidón sobre los ríos y mares y Hades sobre el inframundo.

Rebeliones
     Durante su gobierno, Zeus tuvo que hacer frente a varias rebeliones. La primera de ellas fue protagonizada por Tifón, hijo de Gea, un ser gigantesco y de aspecto monstruoso que poseía cien cabezas de serpiente, varias colas de dragón y cuyos ojos resplandecían como el fuego. Apolodoro cuenta como Tifón desafió a los cielos arrojando piedras en llamas y emitiendo terribles chillidos. Los dioses, aterrados ante su terrible apariencia, huyeron a Egipto y se escondieron adoptando diferentes formas animales. Tan solo Zeus se atrevió a hacerle frente. 
       El rey de los dioses golpeó a Tifón con su rayo y este cayó derribado y huyó al monte Casio, en Siria. Zeus lo persiguió y se enfrentó a él cuerpo a cuerpo portando una hoz adamantina. Pero Tifón logró apresarle con sus colas, le arrebató la hoz y la utilizó para cortarle los tendones de las manos y los pies. Zeus, indefenso, fue encerrado en una cueva de los mares de Cilicia, custodiada por Delfine, un ser con la mitad inferior de su cuerpo en forma de serpiente y la superior de hermosa mujer.
       Cuando Hermes se enteró de lo ocurrido se sirvió de su ingenio para robar los tendones de Zeus y se los volvió a implantar. El rey de los dioses volvió a la batalla y arremetió contra Tifón, que se vio obligado a huir al monte Nisa, donde perdió parte de su fuerza al comer unas frutas que le ofrecieron las Moiras. Tifón se refugió entonces en la cadena montañosa de Heno, en Tracia y se defendió arrojando piedras a Zeus. Por último, Tifón huyó a Sicilia donde fue finalmente derrotado. Como castigo por su rebeldía, Zeus lo encerró bajo el monte Etna según unas versiones o en el Tártaro según otras.

Combate de Zeus con Tifón
Combate de Zeus con Tifón, cántaro de cobre, 540-530 a.C
      La segunda rebelión fue organizada por los Gigantes y dio lugar al conflicto conocido como la Gigantomaquia. Los Gigantes eran hijos de Gea y nacieron a partir de las gotas de sangre que cayeron a la tierra de los genitales cortados de Urano. Los gigantes eran seres muy violentos y de aspecto monstruoso. Generalmente aparecen representados con la mitad inferior de su cuerpo en forma de serpiente o vistiendo brillantes armaduras y portando largas lanzas.
       En esta ocasión, los dioses se vieron obligados a pedir ayuda a Heracles ya que los oráculos habían predicho que solo lograrían la victoria si junto a ellos combatía un mortal. Los dioses olímpicos emplearon sus armas personales para hacer frente a los Gigantes. Apolo y Artemis se sirvieron de su arco para vencer a Efialtes; Dionisio y Hécate emplearon el tirso y las antorchas respectivamente para acabar con Éurito y Clitios; Hefesto usó proyectiles de hierro para derribar a Mimante; Poseidón arrancó parte de la isla de Cos y la arrojó sobre Polipotes; y Atenea mató a Encédalo y a Palante con su lanza. Las Moiras aracaron a los Gigantes portando pesadas mazas de bronce, Hades los derribó sirviéndose de la invisibilidad que le proporcionaba su casco y Heracles los fue rematando a medida que caían. También consiguió derrotar a su rey, Porfirión, y a Alcioneo, un gigante que disfrutaba de la inmortalidad siempre y cuando no abandonase su tierra.

Zeus combate a los gigantes
Zeus combatiendo a los gigantes, Altar de Pérgamo, s.II a.C.
       La tercera rebelión fue organizada por Oto y Efialtes, también conocidos como los Alóadas, dos hijos de Poseidón y la mortal Ifimedea. Ambos desafiaron a los dioses asegurando que encontrarían un modo de alcanzar el cielo y por su arrogancia, cayeron abatidos por las flechas de Apolo.

Matrimonios 
       Al llegar al poder Zeus tomó por esposa a su hermana Hera y con ella engendró cuatro hijos, dos dioses olímpicos, Ares y Hefesto, y dos diosas menores, Hebe e Ilitía, asociadas respectivamente el florecimiento de la juventud y los nacimientos. Tras el ascenso de Hércules al Olimpo, Hebe se convirtió en su esposa. 
       Sin embargo este no fue su primer matrimonio, ya que anteriormente se había unido a otras seis diosas. La primera de ellas fue la oceánide Metis, la personificación de la sabiduría y la astucia. Después se casó con la titán Themis, la representante del la ley y el orden, con quien engendró a las Horas y las Moiras.  Sus siguientes esposas fueron la oceánide Eurínome quien dio a luz  a las Cárites o Gracias, y Deméter, con quien engendró a Perséfore. Su quinta esposa fue Mnemósine, la Memoria, quien le dio nueve hijas, las Musas. Por último, Zeus se casó con su prima Leto, hija de los titanes Ceo y Febe, con quien engendró a los gemelos Apolo y Ártemis. Sin embargo versiones posteriores consideran que Zeus ya estaba casado con Hera cuando se unió a Leto.

Las amantes de Zeus 
Leda y el cisne
Leda y el cisne, Tomasz Rut
       Zeus no fue un dios caracterizado por su fidelidad amorosa. Entre sus conquistas amorosas se encuentran las diosas Sémele, con quien engendró a Dionisios; Leto, que dio a luz a los gemelos Apolo y Artemis; y Maya, que concibió a Hermes, así como las mortales Alcmena y Dánae, madres de Heracles y Perseo respectivamente.
    Pero sus constantes infidelidades enfurecían a su esposa Hera, que siempre buscaba el modo de cobrarse su venganza. Para evitar ser descubierto, Zeus comenzó a adoptar formas animales para acercase a su amantes. Este fue el caso de Europa, a la que raptó transformado en un toro blanco o de Leda, a  la que se unió en forma de cisne.
 
Bibliografía
-AA.VV., Mitología clásica e iconografía cristiana, Madrid, Editorial Ramón Areces, 2010.
-HARD, R., El gran libro de la Mitología Griega, Madrid, La esfera de los libros, 2008.
-HOPE MONCRIEFT, A.R., Mitología clásica, Madrid, Edimat libros, 2012.

1 comentario:

  1. Siempre me ha fascinado ese correlato entre la narrativa de la mitología clásica y las características del arquetipo como modelo de actitud y conducta. Shinoda Bolen en su magnífico libro "Los Dioses de cada hombre" define este arquetipo como poseedor de una gran capacidad para usar el poder pero que puede caer en la crueldad; con una gran decisión aunque inmaduro emocionalmente, en su lado sombrío; con una gran capacidad generadora aunque vanidoso (sus constantes infidelidades).

    ResponderEliminar