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lunes, 6 de julio de 2015

Atenea y Aracne

  Atenea y Aracne     

  Aracne, hija de un renombrado tintorero de púrpura, alcanzó gran fama en la ciudad de Lidia gracias a su extraordinaria habilidad para tejer. Pero esto la volvió soberbia, tanto que llegó a proclamarse a sí misma como la mejor tejedora de la tierra, sintiéndose superior incluso a la propia Atenea.

     Los dioses habían enseñado a los seres humanos diversas técnicas y artes, como la pintura, la escultura o el arte de tejer e hilar. Sin embargo consideraban que ningún trabajo humano podía llegar a alcanzar la perfección de los realizados por ellos. Por este motivo, Atenea decidió dar un escarmiento a la mortal. Descendió a la tierra y adoptó la forma de una anciana, para acercarse a Aracne sin ser reconocida. 
La fábula de Aracne. Velázquez, 1657.
      Cuando Atenea se encontró frente a los tapices de Aracne sintió envidia de su extraordinaria habilidad. Recuperó su forma divina y se presentó ante la sorprendida joven para retarla a un concurso en el que ambas debían mostrar su talento realizando cada una un tapiz.

      Para su diseño, Atenea eligió representar su victoria frente a Poseidón cuando ambos se disputaron el patrocinio de la ciudad de Atenas.
     Por su parte Aracne representó diferentes escenas que hacían alusión a las infidelidades de los dioses, entre ellas la del rapto de Europa por Zeus, convertido en toro para seducirla y secuestrarla.

     Una vez terminadas las obras, Atenea fue a examinar el trabajo de Aracne y quedó asombrada por su calidad, pero se encolerizó al ver representada una de las infidelidades de su padre. Con su lanza, la diosa golpeó la obra hasta que la partió en pedazos, lo que provocó que Aracne se sintiera completamente avergonzada y huyera del lugar para terminar ahorcándose.

     Al enterarse de la muerte de la joven la diosa no se aplacó y la convirtió en una araña, condenándola a tejer para el resto de la eternidad, como una burla hacia aquella mortal que había conseguido mover la envidia del Olimpo.


Fuentes:
-AA.VV., Cultura Clásica, Barcelona, Edebé, 2004.
-HOPE MONCRIEFF, A.R., Mitología Clásica, Madrid, Edimat Libros, 2012.

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