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martes, 26 de mayo de 2015

Odín

       Es el señor de Asgardr y gobierna sobre el resto de los dioses. Viste un largo manto azul, es tuerto y es también conocido con el sobrenombre de Grimnir, el enmascarado, ya que suele llevar la cabeza cubierta con una capucha. Los rasgos más característicos de su carácter son su crueldad y su arbietrariedad y tiene la capacidad de cambiar de forma a voluntad.
       Sus atributos son la lanza Gungnir, que tiene la capacidad de predecir quién será el vencedor en las batallas, y su caballo de ocho patas, rápido como el viento y llamado Sleipnir. Siempre le acompañan dos cuervos, Hugninn y Muninn, y los lobos son sus animales preferidos.
   
        Es un dios de la guerra pero no participa en ella de forma directa sino que se sirve de la magia que aprendió de Freyja  para encadenar y paralizar a sus enemigos. Propicia la victoria de un modo arbitrario y caprichoso y todo lo obtenido en los combates presididos por él le pertenece. Por este motivo, los sacrificios humanos eran parte fundamental de su culto.

      Es también el dios de los muertos. En ocasiones abandona a los suyos en la batalla para que pasen a formar parte del ejército conocido como los einherjar, guerreros procedentes del más allá y que le ayudarán en la batalla final del Ragnarök.

       Otro de los nombres con los que es conocido es Odín-Wotan, que significa el furor, ya que está muy relacionado con los llamados guerreros berserkir (los de aspecto de oso) y los úlfhednar (los de la piel de lobo). Ambos se caracterizaban por presentar batalla sin protecciones y atacar de forma furiosa a sus enemigos, como osos o lobos, animales con los que se vinculaban. Tanto los berserkir como los úlfhednar celebraban ritos iniciáticos en los que el referente divino era Odín.

     Una de las principales características de Odín es su sabiduría, don que obtuvo tras entregar uno de sus ojos a Mímir. Una muestra de esa faceta de dios sabio es su costumbre de hablar siempre el verso. El don de la poesía lo adquirió tras apropiarse del caldero de hidromiel, que procuraba inspiración y que consistía en un brebaje realizado con la sangre de Kvasir.

       Odín posee también poderes oraculares, que le permiten conocer el destino pero no modificarlo. 
      Se le atribuye la creación de la raza humana y tiene un poema dedicado a él, el Grímnismál.


Fuente:
AA.VV., Historia de las religiones de la Europa Antigua, Madrid, Cátedra, 1994.

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