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lunes, 4 de mayo de 2015

El Juicio de Paris

 El Juicio de Paris
    Príamo y Hécuba, los reyes de Troya, tuvieron muchos hijos. Cuando Hécuba se encontraba embaraza de Paris soñó que daba luz a una antorcha y decidió consultar a una vidente sobre el significado de ese sueño. La vidente profetizó que su hijo sería el causante de la destrucción de la ciudad de Troya por lo que los padres, asustados, decidieron abandonarlo en lo alto del monte Ida. Sin embargo el bebe no murió. Fue amamantado por una osa y más tarde recogido por un matrimonio de pastores, que lo crió como si de su propio hijo se tratara.
   
     Paris creció en ese mundo rural, desconociendo su verdadero origen. Al alcanzar la juventud comenzó a destacar entre el resto de los jóvenes por su belleza. Se ganó el sobrenombre de Alejandro "el que ayuda a los hombres", tras enfrentarse en varias ocasiones a unos ladrones de las montañas. Se casó con la ninfa Enone y durante mucho tiempo vivió feliz en ese ambiente humilde.
    
El juicio de Paris. Enrique Simonet, 1904
   Un día se encontraba cuidando de sus rebaños en la frondosa cañada del monte Ida cuando  aparecieron ante él tres hermosas mujeres. Junto a ellas venía Hermes, el mensajero de los dioses que se dirigió a él paa decirle: "No temas, Paris; éstas son las diosas que te han elegido para darles el premio de belleza. El mismo Zeus te ordena que juzgues libremente cuál de las tres es la más bella ante tus ojos, y el padre de los dioses y de los hombres te protegerá al dar el verdadero juicio".
     
       Hermes colocó en la mano de Paris la manzana de oro que había sido arrojada por Eris durante la boda de Tetis y Peleo. Cada una de las diosas se acercó a Paris y le sobornó con regalos a cambio de ser la elegida:
         "Soy Hera, la reina del Olimpo" -dijo la primera- "y te ofreceré regalos reales. Si me apoyas, será tuyo el reino más rico de la tierra"
      "Yo soy Atenea, diosa de las artes"-dijo la segunda- "Adjudícame el premio y serás el hombre más sabio y más fuerte"
      "Yo soy Afrodita" -dijo la última- " y tengo  regalos más dulces que éstos. ¡Elígeme como la más bella de todas las diosas y te prometo la hija más bella de los hombres como esposa!".

      Paris no se lo pensó dos veces y entregó la manzana dorada a Afrodita. La diosa se lo agradeció con una sonrisa y le confirmó que cumpliría su promesa. Sin embargo Hera y Atenea se marcharon enfadadas y a partir de ese momento se declararon enemigas de todos los troyanos.
 
El juicio de Paris. Angelica Kauffman, 1781
 Fuente:
-HOPE MONCRIEFF, A.R., Mitología clásica, Madrid, Edimat libros, 2012 

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